miércoles, 3 de marzo de 2021

escenario 2 liderazgo estrategico

 LIDERAZGO PERSONAL 


La teoría de la contingencia del liderazgo, llamada también situacional del liderazgo, se refiere a las circunstancias en las que se da el liderazgo, por lo tanto, los líderes necesitan modificar la conducta según la situación que puedan estar viviendo.

Ahora bien, para liderar en cualquier circunstancia se requiere manejar la inteligencia emocional del líder y su capacidad para auto liderarse. La vida depende de cada uno, por ello lo primero que se debe hacer es auto conocerse, confiar en la intuición y tomar decisiones que posteriormente se vean reflejadas en un enriquecimiento personal o profesional. Todo ello implica la capacidad real de tomar las riendas de la propia vida, implica vivir la vida de forma consiente tomando el control de cada acción que se realiza


1. Teoría de la contingencia del liderazgo

Esta teoría ve al liderazgo dentro de un contexto ambiental y muestra al líder, los colaboradores, las tareas, la producción y los objetivos como un contexto circunstancial en el que se genera liderazgo.

Estas teorías, además de mostrar aspectos relevantes del liderazgo, se utilizan para comprender los hechos o para predecir y determinar un liderazgo exitoso. De otra parte, un modelo se utiliza para simular la vida real de un gerente en diversas situaciones y organizaciones. De lo anterior se concluye que las teorías de liderazgo explican variables y estilos de liderazgo que se aplican a diferentes situaciones, mientras que modelos de liderazgo son el resumen corto o apropiado que se utilizará en una situación específica.


Los autores Robert Tannenbaum y Warren H. Schmidt, precursores de la teoría situacional del liderazgo, indican que el líder debe escoger el tipo de liderazgo acorde a la situación que se presente con base en tres aspectos:

1. Fuerza del líder: características personales del líder, valores, principios, convicciones, tipo de liderazgo, capacidad de delegación, voluntad, tolerancia, facilidad de comunicación, entre otros.

2. Fuerza de los subordinados: características de los colaboradores, autonomía, responsabilidad, incertidumbre, capacidad de participar en la toma de decisiones, facilidad para resolver problemas, conocimientos, habilidades, competencias, etc.

3. Fuerza de la situación: condiciones en las que se ejerce el liderazgo como la estrategia, la estructura, la cultura, el clima organizacional, el ambiente de trabajo, entre otros.


LIDERAZGO PERSONAL

En conclusión….
»» Si las tareas son rutinarias, simples y repetitivas, el liderazgo a ejercer será un liderazgo
autocrático, centrado en los controles o viceversa.
»» El líder puede asumir diferentes pautas de liderazgo según las personas a liderar, la cultura o el tipo de liderazgo que quiera ejercer según la situación.
»» En situaciones en que el colaborador durante su vida laboral muestre eficiencia en la realización de su trabajo, el líder puede empoderarlo y otorgarle libertad y autonomía en las decisiones. Si llegara a descuidar su trabajo y bajar la eficiencia, el líder puede nuevamente ejercer mayor control y restringir dicha autonomía. Esto es, asumir diferentes comportamientos a lo largo del tiempo.


2. Inteligencia emocional

El líder debe tener la habilidad de realizar diversas actividades al mismo tiempo: escuchar, aconsejar, negociar, comunicar, resolver problemas y trabajar en equipo. Esto quiere decir que debe ser capaz de resolver simultáneamente diferentes actividades tales como explorar, planear, organizar, orientar, controlar. Las actitudes, habilidades y actividades marcan el comportamiento del líder, adicionalmente, la capacidad de adaptarse a los cambios, de alinearse con la estrategia, la estructura y la cultura de la organización le permitirá tener éxito. Todo ello sin descuidar aspectos básicos como las personas, las competencias, el desempeño, el aprendizaje, los resultados y los escenarios futuros que le darán profundidad y alcance a su liderazgo.

De la misma manera, el liderazgo no debe descuidar el toque humano o el ser emocional como elementos que exigen confianza recíproca entre el líder y el liderado. Debe, además, mantener una relación humana de intensa realimentación para facilitar la comprensión recíproca de valores y el intercambio de experiencias. Así, el líder tiene el compromiso de apoyar y ayudar a su equipo a cumplir las metas que nunca ha alcanzado. Por lo anterior, debe desarrollar su inteligencia emocional para relacionarse con su liderado, recibir críticas e incluso reacciones negativas, debe entender que la posición y jerarquía es pasajera y trabajar en la unidad de equipo, debe buscar el bienestar y crecimiento para todos. La razón y el  corazón son claves a la hora de tomar decisiones pues su equilibrio emocional estará en tela de juicio. En empresas tradicionales los líderes y liderados deben dejar las emociones en la puerta de entrada para evitar una serie de conflictos que impiden el desarrollo organizacional. Sin embargo, la inteligencia emocional debe estar presente para mejorar las capacidades de autocontrol, aprecio y relaciones interpersonales. Las empresas democráticas están diseñadas para que las personas expresen y manejen sus emociones.

El aprendizaje emocional consiste en dejar que los sentimientos fluyan, entenderlos y saberlos gestionar. Por su parte, la inteligencia emocional está orientada a entender y manejar las emociones propias y ajenas, su implicación y sus consecuencias. La habilidad para gestionar las emociones está en controlar los sentimientos para mejor el desarrollo personal y la calidad de vida.

Aprender a manejar las emociones permite saber dónde, cuándo, cómo y con quién expresar los sentimientos y cómo la expresión de estos puede traer consecuencias que afecten los sentimientos de otras personas. La inteligencia emocional despierta la conciencia sobre la sensibilidad al exigir que las habilidades racionales se conjuguen con las emocionales y se generen espacios para las relaciones humanas.

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